2.12.12

Convivium Slow Food San José de Costa Rica,


San José, 22 de noviembre 2012.
Sres.
Comisión de Biodiversidad
MAG

Estimados señores:

He estado en el VI Congreso de Slow Food en Italia, por eso no conocía de la solicitud de la compañía Monsanto para traer maíz transgénico a nuestro país. Quiero manifestar como líder del Convivium Slow Food San José de Costa Rica, mi gran preocupación, por los siguientes motivos:


1.                  El grado de alogamia del  Zea mays (maíz) conllevará a que se mezclen variedades locales con las variedades transgénicas, lo  que pondrá en riesgo a los productores quienes serán objeto de grandes demandas como ha ocurrido en otros países. La compañía Monsanto podrá demostrar fácilmente la presencia del gen protegido y decir que no importa como llegó, lo importante es que está presente y sin interesar si fue la misma naturaleza la que lo trajo, el viento o insectos polinizadores, al estar presente, ellos  deberán pagar por los derechos a Monsanto.
2.                  Ha sido considerable la erosión genética que ha ocurrido en el maíz en los últimos tiempos, sobre todo por el cultivo de variedades homogéneas dedicadas a biocombustible, o para alimentación animal, en detrimento del potencial que siempre ha tenido este cultivo para el consumo humano, sobre todo por su alto contenido en aminoácidos azufrados, que se complementan con los altos contenidos del aminoácido lisina presente en las leguminosas.
3.                  En un curso que realizamos en Chile de bancos nucleares, pudimos comprobar como cada región chilena mantenía la variabilidad del maíz ligada a platos tradicionales de acuerdo con el tipo de maíz presente en la zona, nosotros hemos perdido muchos de nuestros platos con maíz, no así Guanacaste y otras regiones alejadas de la capital, pero ya hasta la tradicional tortilla se está sustituyendo por trigo y ya las tanelas y rosquillas cuesta encontrarlas en San José.
Por lo anterior estamos promoviendo una gastronomía ligada a los productos locales y rescatamos y distribuimos calendarios con recetas autóctonas. Fue muy importante el apoyo que las comunidades indígenas entre ellas la de Matambú de Nicoya, dieron al calendario 2011-2012, dedicado a productos mesoamericanos y cuya gastronomía aún está muy ligada al maíz. Es por lo anterior que estamos proponiendo ante Slow Food internacional, desarrollar un baluarte del maíz en los diferentes países latinoamericanos y una vez establecidos, establecer rutas gastronómicas que nos unan a Mesoamérica y Suramérica.
4.                  Slow Food promueve un cambio de hábitos de producción y consumo, apostando por la biodiversidad local, la semilla en manos de los productores locales, el contrarrestar los efectos del Fast Food, manteniendo las tradiciones gastronómicas locales,  educar al consumidor para que se interese por  el respeto de los recursos naturales, de la semilla, de los orígenes, de la calidad del alimento, de la forma de producción, del comercio justo y de su poder de decisión y las consecuencias de sus elecciones alimentarias para su salud. Su filosofía es promover alimentos buenos, limpios y justos, promoviendo el respeto e intercambio entre los miembros de la comunidad del alimento, que somos: productores, investigadores, coproductores (consumidores responsables), chefs, cocineros, estudiantes, niños, jóvenes y adultos mayores.
5.                  Por otra parte es importante mostrarse prudente como en Europa ante esta tendencia de introducir variedades transgénicas sin estar seguros de los problemas que pueden ocasionar a la salud de la población, por eso en nuestros proyectos se privilegia el Km=0 y se promueven y valoran nuestros productos, las tecnologías limpias y sostenibles, así como las prácticas tradicionales que se han mantenido hasta nuestros días.
6.                  En el  VI Congreso  de Slow Food y Salón del gusto, donde se me  invitó como delegada por Costa Rica, se reeligió nuevamente como Presidente a Don Carlo Petrini (Italia) y se nombró como Vicepresidenta a Alice Waters, de Berkley, California, quien impulsa una revolución gastronómica,  abogando por productos frescos, limpios y naturales, así como por una cocina nutrida por la biodiversidad y que los co-productores (como llama Slow Food a los consumidores responsables) descubran el placer de estar conectados con los que producen su alimento, de forma que comida, placer y conocimiento se unan.  Ella se comprometió a luchar en California por el etiquetado de los transgénicos, junto con Carlo Petrini, manifestaron su optimismo ante la denominada Proposición 37, en esta reglamentación se concreta que la industria alimentaria debe etiquetar aquellos alimentos que contienen ingredientes transgénicos. Los consumidores exigen con el voto afirmativo a esta proposición, su derecho a saber sobre los alimentos que consumen, y la posibilidad que deben tener de elegir si desean o no consumir alimentos que han sido modificados genéticamente por las empresas biotecnológicas. No se habla de si son beneficiosos o perjudiciales, simplemente que sean identificados. Ahora entran en juego los cocineros de Estados Unidos posicionándose a favor de la Proposición 37, algo que agradecen muchos consumidores.

Ante los puntos anteriormente citados, no creo conveniente el permitir que estas variedades de maíz transgénico sean introducidas a nuestros campos. En estos momentos en que en California, se pronuncian por el etiquetado transparente y se premian los productos naturales y de la tierra, es extraño que se tenga que venir a nuestros países a poner en riesgo a nuestros productores, consumidores y población en general. Por lo anterior sugiero cautela, promover lo nuestro, la sostenibilidad y velar por un  alimento bueno, limpio y justo como estrategia de seguridad alimentaria. Tenemos que sentirnos orgullosos de los productos de nuestras tierras, de nuestra cultura gastronómica y velar por no ponerla en riesgo.

Sin más por el momento, se despide cordialmente


Dra Patricia Sánchez Trejos
Lider Convivum Slow Food San José, Costa Rica