Por Mauricio
Álvarez M, profesor UCR y presidente
FECON
Esta semana se celebra
en la cuna del consumismo mundial – Estados Unidos – y en el resto del mundo, el día de no consumir. Esta
celebración tiene su origen en Canadá y
se ha venido dando desde 1992, como respuesta al consumismo desatado por
el viernes negro.
Por ello, nuestro
país no escapa a esa realidad, el reciente Informe del Estado de la Nación nos
confirma que se ha creado una brecha social cada vez mayor y que estamos
consumiendo y dilapidando anualmente mucho más recursos naturales de los que
nuestro país dispone, lo cual, es la muestra más grave de los desequilibrios
ambientales, pues estamos comiéndonos
los recursos de las futuras generaciones.
Este dato sobre la huella ecológica es más dramático si tomamos en
cuenta que no todas y todas consumimos
la misma cantidad de recursos.
De manera, que
son unos pocos los que se “comen” los recursos de todos. Veamos las cifras: en los últimos 20
años de políticas neoliberales, hicieron que Costa Rica pasara de ser uno de
los más igualitarios a ser uno de los países con mayor desigualdad en Latinoamérica, según el Informe Estado de la Nación. La
brecha entre ricos y pobres está por encima de Venezuela, El Salvador, México y
Argentina. En términos de ingreso, significa por ejemplo, que mientras una familia en pobreza extrema
recibe ¢150.000 o menos por mes, las clases más altas concentran entre ¢4
millones y ¢7 millones e incluso hasta más.
Al mismo tiempo,
unas 285.000 familias reciben a penas, menos de ¢100.943 por persona en la zona
urbana, y ¢77.401 en la rural, ambas de forma mensual, según la Encuesta
Nacional de Hogares de este año.
Durante este
tiempo, también hemos sido testigos de
la manera en la que la inversión extranjera en el país ha aumentado, junto con
ella también crece la contaminación y el agotamiento de los recursos, y como lo dicen los números, el reparto
desigual entre costos y beneficios.
Esta pobreza y
desigualdad en nuestro país va a significar mayor incremento de los conflictos
sociales y ambientales, como también lo
evidencia el reciente Estado de la Nación, con 425 protestas y acciones
colectivas solo en el actual gobierno. Por tercer año consecutivo, se mantienen
los máximos históricos en el número de acciones colectivas sobre asuntos
ambientales: 48 en total (34 en 2010 y 54 en 2011).
Frente a esta
situación, es importante llamar a la
reflexión sobre el sobre consumo en nuestra desigual sociedad, donde unos se
están comiendo la piña mientras que las mayorías sufren del dolor de panza. Por
ello, ¡qué no nos consuma el consumo esta semana, ni nunca!