- Movilización comunitaria este lunes 28 de abril.
- SINAC indujo al juez a tomar una decisión desproporcionada.
- AyA obligado a eliminar árboles de un parche de bosque
Entre las especies que se pretende talar se
encuentran guácimos y sangrillos, árboles nativos de gran tamaño
que cumplen funciones clave para la biodiversidad local. Estos árboles forman
parte de un bosque secundario maduro que se ubica dentro de una zona de
protección de una quebrada y que alberga una gran diversidad de flora y
fauna, entre ellas: aves, mariposas morfo, monos aulladores, perezosos (símbolo
nacional de Costa Rica), martillas y una variedad de insectos polinizadores.
El guácimo es conocido por su rápido
crecimiento, su capacidad para prosperar en suelos pobres y su gran valor para
la fauna silvestre, ya que sus frutos son alimento para múltiples especies.
Además, contribuye a mejorar la fertilidad del suelo y a capturar carbono. El sangrillo,
por su parte, es típico de humedales y zonas inundables, y resulta
especialmente vulnerable a alteraciones del terreno. Aunque no esté enfermo, su
debilitamiento ocurre por la desecación de humedales; sin embargo, el SINAC
suele autorizar su corta casi automáticamente, sin considerar estos factores
ecológicos ni los impactos acumulados y sinérgicos sobre el ecosistema
Según la comunidad, no existe un informe
técnico riguroso que justifique esta corta desmedida e injustificada. Su
ejecución generará daños significativos al bosque y a su fauna. La
resolución judicial se sustenta únicamente en un reconocimiento visual y verbal
por parte del SINAC y el AyA, sin contemplar el impacto ambiental de largo
plazo ni considerar alternativas como la poda dirigida o el manejo
arbóreo especializado.
Vecinas y vecinos advierten que, dada la
altura y el diámetro de los árboles, así como la densidad del sotobosque, su
tala implicaría abrir brechas que destruirán muchas especies de vegetación
secundaria. La caída de los árboles también afectaría
gravemente el hábitat de aves, monos y otras formas de vida silvestre.
“Este tipo de bosques urbanos no solo tienen
un valor estético o simbólico, sino que actúan como corredores biológicos,
reguladores del microclima, protectores del recurso hídrico y refugio de
biodiversidad. En Puerto Viejo, donde el desarrollo urbano avanza
aceleradamente, cada árbol cuenta”, señala un artículo del Observatorio de Bienes Comunes del Programa Kioscos Socioambientales de la UCR.
El Observatorio también advierte que “otro
aspecto crítico es la celeridad con que se autorizan las talas en nombre de
la seguridad, mientras que los procesos para proteger ecosistemas, frenar
intervenciones ilegales o restaurar áreas degradadas suelen enfrentarse a
lentitud, trabas burocráticas o desinterés institucional”.
Incluso la vecina que interpuso la denuncia
original ante el tribunal ha expresado que su intención nunca fue la tala
completa del bosque, sino que se atendiera un riesgo puntual. No obstante,
el SINAC indujo al juez a autorizar la eliminación total del parche boscoso, lo
cual ha generado un fuerte rechazo comunitario.
La comunidad convoca a una movilización
este lunes 28 de abril desde tempranas horas de la mañana en el sitio
afectado, para exigir la suspensión de la tala y una revisión de la resolución
judicial. Solicitan además una evaluación ambiental rigurosa, con
participación de especialistas y actores locales. También piden que el AyA
asuma su responsabilidad por la falta de mantenimiento en la finca, lo
que contribuyó al deterioro de algunos árboles.
Para Bloqueverde, este conflicto recuerda lo sucedido con la tala ocurrida en el sector de Tirol, en San Rafael de Heredia, pero en esta ocasión se trata de especies nativas ubicadas en una zona de protección hídrica. Además, resulta especialmente alarmante que mientras el SINAC actúa con rapidez para autorizar la tala en zonas sensibles, permanece pasivo frente a la deforestación, el drenaje de humedales y la construcción, todas realizadas de manera ilegal en la finca conocida como “los Puckets”, dentro del Refugio Nacional Gandoca-Manzanillo.