29.5.13

Los cuentos chinos de la refinería

Por Mauricio Alvarez , Presidente FECON, presidencia@feconcr.org
 ¿Qué llevo a Costa Rica a cambiar la fidelidad de seis décadas con Taiwán que estuvo  justificado, en parte,  por la brutalidad del régimen de China continental y la simpatía de nuestros gobernantes  hacia esta isla anti régimen?

Algunos de los negocios que desde 2007 se han venido evidenciando vienen a explicar esta decisión pragmática y económica. Repentinamente, la violación sistemática a los derechos humanos y el totalitarismo chino se vieron diluidos por un estadio, unas cuantas bicicletas, un barrio chino, carreteras y una pomposa refinería.

Si hay una aura gris maloliente en relación a los derechos humanos, se torna más turbio en relación a sus bajos estándares ambientales, tecnológicos y la falta de ética de sus compañías fuera del gran país del oriente. Su acelerado crecimiento está basado en la explotación de su mano de obra, su ambiente y una recolonización del tercer mundo en especial Asia y África.

Historia reciente. En la administración Arias Sánchez, el presidente anunció que levantaría la moratoria contra la actividad petrolera en el país y promovió la posibilidad de retomar exploraciones con empresas brasileñas primero y chinas después.

En ese sentido, en octubre del 2007, el gobierno firmó un acuerdo con la compañía estatal china China Nacional Petroleum Corporation (CNPC) para construir una mega refinería. Este acuerdo incluye la posibilidad futura de exploración petrolera en Costa Rica con Petrochina. Ese interés fue reafirmado en noviembre 2008 y el embajador de China en nuestro país, Wang Xiaoyuan, aseguró en aquel momento que “siempre está la posibilidad de cooperar en este campo”. 

Estas pretensiones de buscar petróleo no se han concretado aún porque los chinos dejaron claro que esperan a que se resuelvan los procesos con las petroleras Mallon Oil y Harken Energy pues estas compañías aún tienen pendientes causas en diversos tribunales pues se les había otorgado las licitaciones en las únicas zonas con probabilidades de existencia de hidrocarburos: El Caribe y la zona norte del país.

Para los chinos queda muy claro que estamos en el “patio trasero estadounidense” y que hay que hacer un desplazamiento más discreto de las compañías estadounidenses para darle la bienvenida al naciente imperialismo chino que se está expandiendo vorazmente sobre las reservas energéticas de la región.

Historial ambiental negativo. Entre los titulares que filtra la prensa china están pueden constantarse varios problemas ambientales. La explosión en una de las refinerías de la CNPC en la ciudad de Cangzhou mató a tres empleados de la municipalidad, según lo reportó China Daily, en 2005.
En otra de las refinerías chinas, en Chongqing, se produjo por negligencia un escape de gas que mató a otros dos de empleados, 65.000 personas evacuadas y más de 9.000 heridos con asfixias y quemaduras químicas. Además, este escape de gas mató a animales y peces en unos 10 km a la redonda. El accidente motivó la renuncia del presidente de la CNPC, como consignó Asian Labour News, en 2004.
En noviembre del 2005, otra vez la CNPC causó el “más grave caso de contaminación de un río”, según la Agencia China de Protección Ambiental. La CNPC contaminó el Río Songhua, afluente del Amur, cuando, tras la explosión de su petroquímica, se vertieron en el río más de 100 toneladas de benceno, sustancia sumamente cancerígena, que ha puesto en peligro a más de 8 millones de personas de China y Rusia, en 500 Km de recorrido. Así lo reportó El Comercio, el 15 de noviembre del 2005.

Fuera de China. Este historial también ha crecido a nivel internacional. Por ejemplo, en Ecuador donde la violación a los derechos de las comunidades indígenas y destrucción de la Amazonia ha sido denunciada por los grupos ecologistas. Lo mismo sucede en el Orinoco, en Venezuela, donde las empresas chinas están realizando extracción de crudo.

Pero eso no es todo. En África se da el comportamiento más cuestionable de la estatal petrolera china. Allí echa mano de estrategias corporativa-político-militar relacionado con petróleo, minería e infraestructura. El caso más cuestionado es el de Sudán, donde, posterior al genocidio y la salida de las compañías occidentales, entraron las chinas a cambio de ayuda militar y lobby político para evitar sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Esta conducta ha incluido aliarse con Omar al-Bashir, el presidente que tiene una orden internacional de captura del Tribunal de La Haya por crímenes de lesa humanidad y tiene sanciones económicas por parte de Estados Unidos.

Cuestionamiento a la refinería chino-costarricense. La construcción de este megaproyecto en nuestro país ha desatado una polémica que ha incluido dudas financieras, legales, falta de licitación, falta de transparencia e información. Entre las dudas ambientales está el retraso que implicaría para el desarrollo de energías alternativas profundizar nuestra dependencia de combustibles fósiles. La preguntas en ese sentido sería ¿por qué no invertir esos recursos en un transporte público (que incluya metro urbano y reactivar el tren a Limón para eliminar gran parte del transporte contaminante particular) o proyectos de energías renovables?

Estudios de impacto ambiental exprés. Otra de las grandes dudas es que a pesar de los cuestionamientos del proyecto y dudas sobre el esquema final, RECOPE anunció que ya tiene aprobado el estudio de impacto ambiental del proyecto. Esto último implicaría una violación a la legislación ambiental pues se aprobó un proyecto que no parece ser el proyecto final.

Lo anterior sería más grave pues según consigna Diario Extra, el 29 de mayo de este año, la empresa China que se encargará de construir la nueva refinería le entregó a RECOPE la propuesta de ingeniería y construcción de las obras. La pregunta aquí sería ¿qué proyecto habría aprobado si apenas se está entregando el diseño de la obra?