Este Plan Regulador Costero desconoce buena parte de los 13 humedales que son inventariados por el estudio “Caracterización ydelimitación de humedales en la zona marítimo-terrestre del litoral del cantónde Talamanca” por lo que, como consecuencia, la Municipalidad está promoviendo actividades como: estacionamientos, área mixta para el turismo y la comunidad y desarrollo turístico de baja intensidad, etc., en una zona donde estas actividades no deberían permitirse. Es decir, en vez de regular, se está “desregulando” para la desecación y destrucción de los humedales, tal y como lo han venido denunciando constantemente las comunidades por diversos medios de comunicación (Limonhoy , 15-2-20 , Nacion.com, 20-7-11, Diario Extra, 3-4-23,Ameliarueda.com, 31-12-19, Surcos, 1-4-20, Teletica.com, 19-4-19, Elpais.cr, 14-2-22, Nacion.com,17-4-19, Crhoy.com, 5-4-23, Elpais.cr,12-18-21).
Este proceso de destrucción de los humedales fue también evidenciado en este estudio del SINAC y es posible que se llegue incluso a contar con permisos de construcción municipal, lo cual constituye una “licencia” para la destrucción de humedales que quiere generalizarse por medio del Plan Regulador.
Según este informe, el área total de los 13 humedales suma
165,12 hectáreas, lo que representa un 34% de la superficie total de la Zona
Marítimo-Terrestre estudiada. Estamos hablando de un área importante que según
la zonificación propuesta terminaría destruido. Esa destrucción constituye un
delito que estaría siendo concretado mediante el Plan y avalado por el Minae e
INVU. Es importante aclarar que solo una fracción de estos 13 humedales fueron
clasificados en la zonificación como zonas de patrimonio natural del Estado o
áreas de protección, como se puede contrastar en el visor elaborado por Zagt.
Navegar
por la herramienta es fácil desde una computadora y ha permitido a las personas
hacer el trabajo que le correspondía a la municipalidad de informar a las
comunidades de cuáles son las actividades propuestas en la zonificación. Esta
es una herramienta en construcción y se pretende que las mismas personas puedan
ir completando información como, por ejemplo, denuncias que han realizado
COVIRENAS, la identificación de otras zonas de importancia cultural o
evidenciar las irregularidades como sucede con los humedales.
Dos
ejemplos de traslape en humedales.
La herramienta permite ver con facilidad la forma en la que uno de estos
humedales (que además es bosque y estaría en el área de amortiguamiento del
Refugio Gandoca Manzanillo) es propuesto como un estacionamiento (Ejemplo 1).
Esto refleja un cambio de uso de suelo de bosque y destrucción de humedal, que
constituyen delitos penados por ley. Además, desecar un humedal no solo impacta
el área en sí, ya que al mismo tiempo se debe rellenar, lo que llevaría a cabo
un impacto en el límite del refugio se impactara este ecosistema. Esto se puede
evidenciar en la siguiente imagen comparando el estudio de humedales y la
propuesta de zonificación a partir de la herramienta del geógrafo Zagt.
Como se puede observar, este estacionamiento impactaría la misma entrada principal del Refugio Gandoca, cuando en un círculo amarillo se ve otra zona ya impactada que, si bien esta fuera del área marítima y del plan, podría ser una alternativa a la propuesta de destruir el humedal.
Otra
gran área invadida por la zonificación es el sector conocido como Playa Grande,
Almendros y Corales (Ejemplo 2).
Esta es la parte de humedal más grande que aún queda en la costa, con una
cobertura de 44 hectáreas que es donde pareciera haber mayor interés aprobación
del Plan Regulador, pues ya es posible ver en internet megaproyectos
inmobiliarios en venta. Como puede
apreciarse en la imagen comparativa unas pequeñas partes en amarillo son
declaradas como área de protección y Patrimonio Natural del Estado, mientras en
anaranjado viene el destino de esos humedales propuestos por el plan regulador
que es: Turístico Baja Intensidad y Área Mixta para el Turismo y la Comunidad.
Es decir que la Municipalidad -apadrinada por el MINAE y el INVU- está promoviendo
la destrucción del humedal más grande de la zona fuera del Parques Nacional
Cahuita y el Refugio de Gandoca . Es importante recordar que este
humedal estuvo dentro del mismo Refugio de Gandoca pero fue desafectado
mediante una ley específica, que fue declarada parcialmente inconstitucional
por no compensar esta regresión ambiental (Delfino.cr, 2019).
Es claro que también hay una extralimitación de competencias, pues se modifican
áreas de protección por parte de la Municipalidad, que no es la institución
autorizada para tal efecto.
Parte del error de omitir estos importantes datos sobre la cantidad de humedales queda de manifiesto en el mapa de humedales que se presenta en el Estudio de Índice de Fragilidad Ambiental (IFA). Este se basa en el mapa de inventario de humedales del SINAC (2017) y no toma la caracterización de humedales del SINAC del 2021, hecha a partir de trabajo de campo y en una escala de más detalle, con pruebas de suelo, entre otras. El mapa de humedales del IFA del PRC se basa en una escala nacional que, aunque se puede considerar como información de apoyo, no se puede considerar como la información definitiva, dado que no tiene un alcance local y no se basa en interpretación de imágenes satelitales y verificación de campo con muestras de suelo, lo que hace que la zonificación propuesta termine siendo al menos irregular, y delito si llegara a aplicarse.
La herramienta fue solicitada por el Movimiento
Cahuita Unida al geógrafo Zagt, quien actualmente
colabora desde los Países Bajos donde está cursando la maestría en Geografía
Política en la Universidad de Ámsterdam. Zagt habría realizado su tesis de
licenciatura sobre las Multiterritorialidades del Mar en Cahuita, en el cual se analizan las relaciones territoriales
mediante los usos, discursos y representaciones visuales por parte de
diferentes agentes territoriales. Como parte de los resultados, esta
investigación evidencia que el mar se ha concebido como un espacio vacío de
personas pero lleno de biodiversidad y recursos naturales por parte de agentes
hegemónicos, como el Estado, organizaciones internacionales y empresas
transnacionales. Este “vaciamiento” del mar se ha encargado de invisibilizar la
producción territorial por parte de la comunidad, quienes han tejido
meticulosamente relaciones con el mar desde el siglo XVII, con sus propias
epistemologías locales e integrando el mar como un espacio habitado. El mar
pasa a ser entonces un territorio disputado entre su modificación para ser
convertido en la nueva frontera neoliberal y las identidades territoriales por
parte de la comunidad de Cahuita.
Para
Zagt “este Plan Regulador parece obedecer esta lógica de invisibilizar a las
comunidades, de ignorar sus modos de vida, y de irrespetar espacios protegidos
para poder cumplir con una agenda meramente comercial. La historia se repite.
No es la primera vez que las comunidades del Caribe sur se enfrentan a
proyectos promovidos por el mismo Estado. Recordemos la imposición sin consulta
del Monumento Nacional y el Parque Nacional Cahuita en la década de los 70s,
donde personas se vieron forzadas a abandonar sus hogares; o el cambio en la
tarifa de entrada al Parque Nacional Cahuita en la década de los 90s que iba a
afectar el turismo, la principal fuente de ingreso de la comunidad; o la vez
que, nuevamente sin consulta, se querían realizar proyectos petroleros a
principio del milenio en las montañas de Talamanca y en los mares”.