Bloqueverde- Oilwatch
Para evitar una crisis climática catastrófica, es indispensable reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 45% para 2030, según el Informe sobre la Brecha de Emisiones del PNUMA, entonces es el gas natural un mejor combustible fósil para reducir emisiones, la respuesta es no, necesariamente. Las más recientes iniciativas de medición científica, ya han dejado claro que las emisiones de metano de las operaciones de petróleo y gas son mucho más elevadas de lo que se estimaba, se calcula que es 84 veces más potente que el dióxido de carbono medido durante un período de 20 años, así que cualquier fuga o emisión de metano es de altísimo potencial contaminante.
Aparte de la necesidad global de
reducir el consumo energético de alguna manera, resulta lógico pensar en el
potencial que tiene Costa Rica para transicionar a energías eólica y solar sin
pasar por explotación de gas, que tardaría no menos de 10 años de inversión
para lograrse explotar, es decir que cuando el mundo debería estar llegando a
la energía solar o bien otras renovables, Costa Rica estaría apenas iniciando
la explotación de gas sin que ese fuese el objetivo final requerido, teniendo
todo el potencial para liderar esta transición.
Mark Radka, Jefe de la
Subdivisión de Energía y Clima del Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA) indica que la mayoría de los países tienen potencial
solar, eólico o ambos, particularmente en lugares donde los recursos de energía
renovable (sol y viento) son abundantes, tal es el caso de Costa Rica. Además
subraya que es importante tener en cuenta que estamos en las primeras etapas de
una transición energética que es diferente a cualquier otra que el mundo haya
intentado en términos de velocidad y complejidad(…)Teniendo esto en cuenta,
debemos movernos rápido.”
Pero en Costa Rica, una vez más, algunos
se aprestan a desempolvar expedientes que lo único que comprueban es que no hay
información concluyente sobre la posibilidad de explotación de gas en Costa
Rica, ni de reservas comprobadas de hidrocarburos en nuestro territorio. Según los datos científicos existentes,
queda claro que los “números
alegres” de supuestos beneficios y yacimientos de gas en Costa Rica, no son más
que el resultado de propaganda sin ninguna evidencia científica verificable.
Por otro lado, si existieran
nuevos datos, el Estado no tiene la capacidad para verificar o fiscalizarlos ante
la inexistencia de la Dirección General de Hidrocarburos (DGH) cerrada hace más
de dos décadas, así que el debilitamiento de RECOPE y la ausencia de un equipo
de profesionales dentro de la estructura estatal que pueda al menos evaluar una
actividad tan compleja como esta, se suma a un contexto que requiere
herramientas con las que no se cuentan. Ahora bien, según la Ley de
Hidrocarburos (Art. 3) la DGH tiene las funciones de fiscalizar las actividades
desarrolladas por los contratistas, de analizar la concurrencia de causales de
nulidad o de caducidad de los contratos, y de elevar su recomendación al Poder
Ejecutivo. Cabe preguntarse: ¿ya se presupuestó lo que implica gestionar esta
instancia para cumplir con lo que dicta la ley? ¿cuáles personas profesionales
especializadas en hidrocarburos van a conformarla?
Resulta inquietante, por decir
menos, que el gobierno replique lo que
diga la UCCAEP como su mayor fuente de información, al mejor estilo de la gente
que se informa solo por TikTok sin buscar mayor verificación ni profundización
de la información. Abogar por la
explotación de gas desde el Poder Ejecutivo a través del Ministro de Obras
Públicas y Transportes, más parece ser parte de una campaña electoral para el próximo
candidato presidencial del partido oficialista, que un ejercicio a la altura de
las exigencias que implica ser ministro, sin duda el foco en este momento
debería estar temas de primera necesidad como una estrategia clara para el
mantenimiento de la red vial en los siguientes meses lluviosos, por mencionar
un ejemplo.
Lo más reciente y falto de
cualquier respaldo o fundamentación, es que el presidente afirme que
la explotación de gas “puede abrir
la posibilidad de pagar la deuda externa, mejorar las carreteras o asegure la
prosperidad del país llegando a ser como Singapur”, inevitable asociar estas
declaraciones con las que hiciera Oscar Arias en la demagoga campaña a favor
del TLC, afirmando que quienes iban en bicicleta a trabajar a las fábricas,
luego de aprobarse el TLC irían en motocicleta BMW, cosa que no ocurrió claro
está, lo que sí sucedió
en los últimos 20 años es que llegamos a estar dentro de los 10 países más
desiguales de América Latina, y ese indicador continúa creciendo.
Volviendo al tema del gas y
siguiendo con ejemplos de demagogia, supeditar soluciones de infraestructura
vial o aún más descabellado, pago de deuda externa, a la posibilidad de extraer
gas en Costa Rica, es como apostar a no hacer nada durante el periodo que le
toca gobernar, porque si acaso fuera posible la explotación de gas, implicaría
un proceso de al menos diez años para empezar a ver resultados con una
inversión estatal que pagaría toda la población nacional, porque ninguna
empresa aceptaría el riesgo total de explorar en Costa Rica, sin ninguna
certeza de que se encuentre el gas natural en las cantidades que se proyecten ¿será que la intención también es no hacer
nada en concreto más que campaña política?
A lo hechos nos remitimos, en 1997
una empresa de garaje o fantasma, que tan siquiera tiene un sitio web, llamada Mkj
Xploration Inc, especuló con la concesión de hidrocarburos para cederla a Harken Energy Corp que como
pueden comprobar, lo que primero que pueden aparecer en un búsqueda en internet
sobre esta corporación es el escándalo “que involucró acusaciones de uso de
información privilegiada por parte de George W. Bush en 1990”. En el 2000 se le
otorgó concesión a la otra pequeña compañía Mallon Oil que fue un perfecto
fracaso. La historia de esas aventuras fue de demandas en tribunales y que
todas las instancias del Estado entre SETENA, MINAE, tribunales y gobiernos de
turno fueron unánimes en rechazar la actividad extractiva de gas por sus
impactos socioambientales e implicar mas costos que beneficios.
La fórmula es clara, desde el
Gobierno primero se juega con montos hechos con base en una “valoración
potencial” de hace más de tres décadas, que se usaban como publicidad para
atraer compañías, que como hemos visto en la historia ninguna empresa seria se
los creyó. Son de carácter especulativo parten de un hipotético “valor
comercial” no con base en datos certeros de reservas científicamente
comprobadas, desde donde el presidente da declaraciones públicas disparatadas afirmando
que podemos llegar a parecernos a Singapur, solo por explotar gas, país que
goza noveno puesto global en el Índice de Desarrollo Humano (2022) y que lo ha
logrado por una fuerte inversión social en vivienda, salud y educación, que fue
puesta en práctica desde el inicio del programa de transformación económica en
los años 60 y 90, ósea han tardado 60 años en llegar allí, pero sería bueno
considerar que hoy se enfrentan a una creciente desigualdad a una falta de
empresas locales fuertes que puedan dar un mayor impulso al crecimiento.
Por otro lado, el segundo paso
propagandístico fue afirmar que un “país amigo”, no indicó cuál, va a
determinar el valor exacto de las reservas de gas natural y que no utilizarán
métodos intrusivos. Si llegaran a saber si hay, cuánto hay, faltaría también
calcular cuánto va costar extraer, refinar o industrializar, transportar y cuáles
serían los impactos socioambientales y quiénes se verían involucrados para
analizar estos estudios, considerar cuál es la zona que será destruida y es
decir una estimación real y objetiva de la relación costo/beneficio, todo esto
partiendo que pueda haber gas en cantidades “rentables” y que en todo este
proceso exista una inclusión de la sociedad y sus diversos sectores para
valorar esta posibilidad, de manera que el tema sea manejado como “adultos
maduros” y no como “chiquillos caprichosos”, como dijo el mismo presidente.
Otro aspecto indispensable para
que esta discusión se dé con seriedad, es considerar que para atraer compañías
habría que subir la ganancia de las empresas que hoy se llevarían ya una
regalía del 85%, esto según Ley de hidrocarburos de Costa Rica, es decir hay
que regalar, quizás pagar y lidiar con la contaminación para hacer atractiva la
actividad, como si no bastara lo entreguista que es ya la ley de hidrocarburos,
pues el contratista venderá al Estado a un precio que, a la fecha de la compra,
no podrá ser mayor de los precios existentes en el mercado internacional para
los crudos equivalentes (art.36). Esto quiere decir que Costa Rica comprará el
barril (gas) a precio de mercado, por tanto la actividad no generará la
prometida riqueza, porque el petróleo resultaría ser de la empresa pagando una
regalía – no mayor de 15%- en dinero o especie (petróleo) y el impuesto sobre
la renta. En el contrato firmado a
favor de MKJ-XPLORATION en 1999 establecía
solamente reinvertir “un 5% de sus utilidades netas en el desarrollo de
programas sociales y ambientales”. En la industria petrolera, las compañías
generalmente no reportan ganancias.
Finalmente, no tenemos
ecosistemas como Noruega, somos el trópico, por eso viene turismo extranjero a disfrutar
nuestra belleza verde, playas y cultura, reconocidas internacionalmente, nadie hace
turismo para ver cómo se extrae petróleo en Noruega.
Todos los días sentimos como el
planeta se calienta, ahora un verano es más caliente que el siguiente, los
datos sobre cambio climático empeoran cada día más. El país estuvo dando pasos
en la dirección de enfriar el planeta:
año con año pasábamos sin usar petróleo para producir electricidad o
tratar de electrificar y fortalecer el transporte público, pero todas esas
propuestas se van a ver debilitadas con esas decisiones.
En vez de compararnos con las
cosas buenas de Europa, ponen de ejemplo a Noruega y no a la vecina Groenlandia
donde se calcula que hay millones de barriles de petróleo y aun así definió
prohibir su explotación a inicios de esta década poniendo fin a “convertirse”
en Noruega. También lo hizo su otro país vecino, Dinamarca en 2020 acordando
eliminar la explotación de hidrocarburos en el Mar del Norte para 2050 y esto a
pesar que es uno de los mayores productores de petróleo del continente. También
en 2017, el Parlamento de Francia aprobó una ley para prohibir la producción de
petróleo y gas en todos sus territorios y en España aprobaron en mayo de 2021
una ley climática que pondrá fin a la producción de combustibles fósiles en
todo su territorio y ese mismo año, la República de Irlanda introdujo una
legislación para prohibir las licencias para nuevas exploraciones de petróleo y
gas.
Pero no hay que ir tan lejos, en
nuestro vecindario Belice aprobó en 2018 una ley con el objetivo de poner fin a
la exploración y extracción de petróleo en todas sus aguas para proteger sus
frágiles arrecifes de coral. Este es el mismo coral que destruirían en nuestro
Caribe para extraer hidrocarburos, en ambos sitios es su principal atractivo
turístico. Pareciera que es más rentable politiquear con la fantasía de
explotar el gas y el petróleo que hacerlo y que sea un fracaso total, dado que
perdería su función hechizante de promesa propagandística de un prometedor y
solvente futuro, que finalmente nunca llegará por esa vía.
Señor Presidente deje de afirmar
que son ideologías cuando tenemos datos,
deje de llamarnos grupos extremistas de izquierda a quienes estudiamos y
tomamos en serio las alertas científicas sobre el cambio climático y la crisis
ecológica que vivimos y ante su pregunta ¿vamos a dejar desperdiciados los
recursos que Dios nos dio? le sugerimos que respete la creencias religiosas y
no utilice la fe y cultura cristiana generalizada en Costa Rica, para desviar
la atención sobre el debate técnico y de sobrevivencia del planeta mismo,
justamente lo que resulta necesario en este momento es proteger y no
desperdiciar, ni tiempo ni recursos.