El pasado 3 de setiembre, los ecologistas y académicos Allan Astorga, Mauricio Álvarez y Álvaro Sagot, hicieron una petición para que no se otorgara la viabilidad ambiental de la Setena a APM Terminals, sobre el Proyecto de la Terminal de Contenedores de Moín.
En ella, se realizaron 21 de observaciones técnicas. En primer lugar, indican que la solicitud de Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) realizada por la Secretaría, no cumple con los requerimientos que se debieron hacer a un proyecto de dimensiones tan grandes como lo es la terminal de contenedores.
Por otra parte, los ecologistas afirman que sobre la parte del proyecto a desarrollarse en tierra: “En el EsIA no se explica con claridad y detalle qué actividades se van a desarrollar en el campamento, por ejemplo si se almacenarán y manipularán sustancias hidrocarburadas y otras sustancias peligrosas o si se van a instalar talleres y otro tipo de actividades de alto riesgo ambiental.” Lo cual, implica el desconocimiento de las consecuencias ambientales de su desarrollo.
En la petición se denuncia que: “Un impacto como el desarrollo de plumas de sedimento y su arrastre por corrientes costeras, por un periodo de tiempo extenso (años), puede producir daños muy significativos a los ecosistemas de humedal costero de Limón y al sur de Limón.” También, que se proyecta la construcción de una carretera, que incluso, atravesaría zonas de humedal, la cual no es considerada en el EsIA.
Dentro de las observaciones destacadas, se señala un importante vacío desde el punto de vista jurídico: “El EsIA deja serias dudas ambientales, referente al marco jurídico sobre el que se sustenta el diseño del proyecto planteado, en particular respecto al desarrollo de los cuatro componentes de muy alto impacto ambiental que se darían en sector marino.”
También se destaca que existe una alta vulnerabilidad hidrogeológica, la cual, no es considerada en el EsIA, tal y como ha sido planteado. Incluso, en el documento de EsIA, se reconoce que habrá importantes consecuencias para el litoral costero de Moín. Sin embargo, no fueron adecuadamente valoradas.
Por lo anterior, a pesar de la declaratoria de interés público emitida por el Gobierno, a favor de este proyecto, se debe garantizar que cumplan con el marco regulatorio que debe regir actividades con un impacto ambiental de tal importancia. Para ello, se deben contemplar a cabalidad todas las implicaciones que podría tener la Terminal, dentro de las que se mencionan incluso impactos en la ruta 32.
Otros de los vacíos que los ecologistas observan son: la necesidad de un componente de gestión ambiental que sea adecuado, deber de enfocar los requerimientos técnicos a un proyecto que es único en sus características, por lo que no es “uno más”; adecuado análisis del costo ambiental, incluso, la necesidad de reelaboración del EsIA, hasta que cumpla con todas las especificaciones que son señaladas.
Uno de los puntos más polémicos y de mayor impacto de extracción de sedimento arenoso marino (11 diferentes sitios para extraer cerca de 5 millones de metros cúbicos) que según los ecologistas como se plantea, se refiere a una actividad de extracción minera, y por tanto queda sujeto al cumplimiento de todo un procedimiento técnico separado e independiente, conforme lo establece el Código de Minería con su propia evaluación ambiental. Lo mismo resulta de la disposición de materiales en el denominado “botadero” que se justifica su uso, en razón de que en otro momento fue el sitio de disposición de materiales de dragado para las muelles de RECOPE y JAPDEVA. No obstante, el hecho de que en otro momento, el sitio se haya utilizado para ese fin, sin contar con una efectiva evaluación de impacto ambiental, no justica ni legal, ni ambientalmente, que ahora se quiera utilizar con ese mismo fin y para una cantidad muy grande de material (más de 10 millones de metros cúbicos).
Finalmente señalan que “partiendo de la premisa de que la infraestructura portuaria de Limón – Moín debe ser mejorada (modernizada y ampliada), pero bajo un concepto de equilibrio ambiental, dentro de un marco de desarrollo sustentable y bien planificado, es que se solicita que no se otorgue la Viabilidad Ambiental al proyecto aquí analizado”. Así mismo recomiendan que “considerando de que en esa zona de Limón – Moín, se presenta otra serie de proyectos y megaproyectos ya en ejecución o bien a desarrollarse a futuro, se hace indispensable, y de forma paralela, acelerar la introducción de la dimensión ambiental del Plan Maestro Integral, dentro del marco de una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), basado en el principios de transparencia, información y participación, a fin de que se disponga de un plan estratégico de desarrollo que sustente con efectividad todo el conjunto de obras que requieren ser ejecutadas en la zona”.