2.11.07
31.10.07
Piel de árbol / Ana Patricia Arce Blanco ( ante el pesar de la ley de UPOV)
Piel de árbol
Piel que necesito para abrazarme
ante el remolino oscuro de la
ambición ajena.
Piel de árbol
entre los brazos,
ayudáme a juntar la tierra
con las estrellas.
Piel de árbol, los libros
que me han nutrido,
en las noches-lectura
de mis desvaríos,
quiero imitar tu serenidad
cuando mirás pasar furioso al río.
Piel de árbol en mis mejillas
herencia de las semillas
sin patente ni patrono,
casi oigo tu silencio
perdonando al forajido
acomodado en su partido
para legislar en tu contra.
Piel de árbol, las maderas
donde se sientan los que
con leyes ensangrientan,
ramas, raíces, flores y frutos,
ayudáme a perdonar
al inútil forajido astuto,
que acomodado en su partido
se cree de dios el sustituto.
Piel de árbol entre mis brazos,
me has hecho crecer
con la voz de tu silencio,
para que crezca mi voz
junto a la voz del pueblo,
para defender las raíces
que te conectan con el cielo
y espantar al remolino oscuro
de la ambición ajena.
Piel de árbol libre,
sin secuestro de semilla,
sin patente y sin patrono
libera las espinas del enojo,
dejáme llegar al cielo con
la bendición de tus raíces.
Amén.
Ana Patricia Arce Blanco
25 de octubre de 2007.
Piel que necesito para abrazarme
ante el remolino oscuro de la
ambición ajena.
Piel de árbol
entre los brazos,
ayudáme a juntar la tierra
con las estrellas.
Piel de árbol, los libros
que me han nutrido,
en las noches-lectura
de mis desvaríos,
quiero imitar tu serenidad
cuando mirás pasar furioso al río.
Piel de árbol en mis mejillas
herencia de las semillas
sin patente ni patrono,
casi oigo tu silencio
perdonando al forajido
acomodado en su partido
para legislar en tu contra.
Piel de árbol, las maderas
donde se sientan los que
con leyes ensangrientan,
ramas, raíces, flores y frutos,
ayudáme a perdonar
al inútil forajido astuto,
que acomodado en su partido
se cree de dios el sustituto.
Piel de árbol entre mis brazos,
me has hecho crecer
con la voz de tu silencio,
para que crezca mi voz
junto a la voz del pueblo,
para defender las raíces
que te conectan con el cielo
y espantar al remolino oscuro
de la ambición ajena.
Piel de árbol libre,
sin secuestro de semilla,
sin patente y sin patrono
libera las espinas del enojo,
dejáme llegar al cielo con
la bendición de tus raíces.
Amén.
Ana Patricia Arce Blanco
25 de octubre de 2007.